El Día de los Inditos es una de las celebraciones más entrañables de México.
Esta festividad, que se lleva a cabo cada 12 de enero, tiene sus raíces en la devoción a la figura de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el indígena al que, según la tradición católica, se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531.
Origen de la Celebración
La tradición del Día de los Inditos surge como un homenaje a los pueblos originarios de México y su papel en la difusión de la fe católica. La canonización de San Juan Diego en 2002 por el Papa Juan Pablo II impulsó esta festividad, que busca resaltar la humildad, la sencillez y la riqueza cultural de los pueblos indígenas.
En esta fecha, se recuerda el encuentro milagroso entre la Virgen de Guadalupe y Juan Diego en el cerro del Tepeyac, una aparición que marcó la historia religiosa y cultural del país, convirtiéndose en uno de los símbolos más importantes del mestizaje mexicano.
La Tradición del Día de los Inditos
La celebración es especialmente popular entre los niños, quienes son vestidos con trajes típicos indígenas. Los niños portan tilmas, sombreros de palma, huipiles y rebozos, evocando la vestimenta tradicional de los pueblos originarios. Además, muchos llevan flores, velas y ofrendas para la Virgen de Guadalupe, y se les lleva a las iglesias locales para recibir una bendición.
En algunas regiones, como Guanajuato, Puebla y Querétaro, la festividad incluye procesiones, danzas tradicionales, rezos y actividades comunitarias que buscan preservar las costumbres indígenas. Los niños también suelen portar imágenes de San Juan Diego o la Virgen de Guadalupe como parte de su atuendo.
Un Símbolo de Identidad y Fe
Más allá de la celebración religiosa, el Día de los Inditos es una oportunidad para reconocer la herencia cultural de los pueblos indígenas y su contribución a la construcción de la identidad mexicana. La tradición promueve valores como la humildad, la devoción y la importancia de las raíces culturales.
Se congregan en el Santuario de Guadalupe en León
En León, Guanajuato, la tradición cobra especial fuerza en el Santuario de Guadalupe, donde cada año se congregan decenas de niños y niñas vestidos de inditos.
Las familias llegan desde diferentes colonias de la ciudad para recibir la bendición y rendir homenaje a la Virgen, en una muestra de fe y respeto hacia sus raíces culturales.