Cada 4 de julio se conmemora el Día de Alicia en el País de las Maravillas, una fecha dedicada a celebrar la icónica obra del escritor británico Lewis Carroll, así como el poder de la imaginación, el absurdo y la lógica invertida que caracterizan a este clásico de la literatura.
El origen de esta celebración se remonta al 4 de julio de 1862, cuando Carroll —cuyo nombre real era Charles Lutwidge Dodgson— realizó un paseo en bote por el río Támesis junto a las hermanas Liddell.
Durante ese paseo, Carroll improvisó un cuento fantástico para entretener a las niñas, especialmente a Alicia Liddell, quien más tarde le pidió que escribiera la historia. Ese relato sería la base de Alicia en el País de las Maravillas, publicado tres años después, en 1865.
La historia, que sigue a una niña que cae por una madriguera de conejo hacia un mundo surrealista poblado por criaturas excéntricas, ha sido interpretada a lo largo de los años como una sátira, un poema lógico, una crítica a la sociedad victoriana y, por supuesto, como una aventura mágica que ha capturado la imaginación de generaciones.
En distintos lugares del mundo, el Día de Alicia se celebra con lecturas públicas, disfraces, exposiciones de arte, representaciones teatrales y actividades para niños y adultos por igual. En redes sociales, lectores comparten sus frases favoritas del libro y fotos de ediciones ilustradas, mostrando cómo la obra sigue viva y vigente a más de 160 años de su creación.
Frases célebres como “¡Córtenle la cabeza!”, “¿Quién soy yo?” o “Estoy loco, loco, loco” han trascendido la página impresa y forman parte del imaginario cultural popular. Personajes como el Sombrerero Loco, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones siguen inspirando obras, películas, videojuegos y música.
Este 4 de julio, sumarse a la celebración es tan sencillo como abrir un libro, perderse en un mundo de maravillas… y dejar que la lógica, por un momento, se rinda ante la fantasía.