El Vaticano informó este lunes que el Papa Francisco falleció a causa de un ictus, un tipo de accidente cerebrovascular que le provocó un estado de coma e insuficiencia cardiocirculatoria irreversible. Así lo indica el certificado de defunción, difundido oficialmente por la Santa Sede y firmado por el profesor Andrea Arcangeli, director del Departamento de Salud e Higiene del Vaticano.
El documento señala que “la muerte fue constatada por registro electrocardioterapéutico”, lo que confirma que el corazón del pontífice dejó de latir tras las complicaciones provocadas por el ictus. Con esta declaración oficial se aclaran las versiones surgidas en torno a la causa del fallecimiento del líder de la Iglesia católica, quien ocupó el cargo durante más de diez años.
Un ictus es una alteración súbita en la circulación sanguínea del cerebro, ya sea por obstrucción (ictus isquémico) o por hemorragia (ictus hemorrágico). Esta interrupción impide que el cerebro reciba oxígeno y nutrientes, lo que puede causar daño cerebral severo e incluso la muerte, dependiendo de su intensidad y el tiempo de atención médica.