Foto: The New York Times
En su primer día de regreso en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que busca eliminar la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados.
Esta medida, que entrará en vigor en 30 días, no tiene carácter retroactivo.
La ciudadanía por nacimiento está garantizada por la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que establece que todas las personas nacidas en el país son ciudadanos estadounidenses, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
La decisión de Trump desafía esta enmienda y ya ha generado oposición.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) han calificado la orden como inconstitucional.
La ACLU ha presentado una demanda, argumentando que la ciudadanía por nacimiento es una promesa fundamental de igualdad en Estados Unidos.
Modificar este derecho podría requerir una enmienda constitucional, un proceso complejo que implica la aprobación de dos tercios del Congreso y la ratificación de tres cuartas partes de los estados.
Esta acción forma parte de una serie de medidas migratorias implementadas por Trump al inicio de su segundo mandato, incluyendo la reactivación de la construcción del muro fronterizo con México, la declaración de emergencia nacional en la frontera y el envío de tropas para frenar la inmigración irregular.
Además, ha suspendido el programa de asilo y restablecido la política “Quédate en México”. Estas decisiones han generado críticas y se anticipa que desencadenarán batallas legales en los próximos meses.