El expresidente estadounidense Donald Trump ha anunciado la imposición de un arancel del 10% a las importaciones provenientes de las Islas Heard y McDonald, un remoto territorio australiano en el océano Índico subantártico, conocido por carecer de población humana y ser hogar de diversas especies de pingüinos y focas.
Esta medida forma parte de una serie de aranceles que Trump ha denominado “aranceles del Día de la Liberación”, dirigidos a todos los socios comerciales de Estados Unidos.
La inclusión de las Islas Heard y McDonald en esta lista ha generado sorpresa y críticas, dado que estas islas no tienen actividad comercial significativa con Estados Unidos.
El Primer Ministro australiano, Anthony Albanese, reaccionó señalando que “ningún lugar en la Tierra está a salvo”. Añadió que, aunque estas tarifas no son inesperadas, son injustificadas, y que muchos otros países se verán más afectados por la decisión que Australia.
La comunidad internacional ha respondido con una mezcla de asombro y humor. Usuarios en redes sociales han compartido memes y comentarios sarcásticos sobre la imposición de aranceles a territorios deshabitados, cuestionando la lógica detrás de la decisión.
Analistas económicos advierten que estas políticas arancelarias podrían aumentar el riesgo de una recesión global. Según JPMorgan, la probabilidad de una recesión ha aumentado al 60% tras el anuncio de los aranceles, debido a posibles represalias de otros países y a la incertidumbre en los mercados.
Esta acción se enmarca en la estrategia de Trump de imponer aranceles basados en déficits comerciales, una fórmula que ha sido criticada por su falta de precisión y por afectar desproporcionadamente a países más pobres.
Economistas señalan que este enfoque simplista podría castigar a naciones con menos capacidad para importar bienes estadounidenses, exacerbando desigualdades económicas.
