Este domingo, un considerable grupo de cardenales se reunió en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma para rendir tributo al fallecido Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril. Tras un multitudinario funeral, su cuerpo fue sepultado en esta emblemática basílica. Desde las 07:00 hora local, el templo abrió sus puertas al público, recibiendo a miles de personas que esperaron en fila para presentar sus respetos.
La jornada atrajo, según reportes del prefecto de Roma, Lamberto Giannini, a aproximadamente 30,000 visitantes, símbolo de la profunda devoción popular hacia el pontífice argentino. La tumba de Francisco, situada en una zona lateral de la capilla dedicada a la Virgen Salus Populi Romani, es una sencilla lápida de mármol de Liguria, con la inscripción “FRANCISCUS” en latín, conforme al deseo del papa en su testamento.
A las 16:00 horas, los cardenales comenzaron las segundas vísperas, presididas por monseñor Rolandas Makrickas, designado por Francisco para gestionar su entierro. Durante la ceremonia, se entonaron cantos gregorianos y se elevaron súplicas en un ambiente de profundo respeto. Un constante desfile de fieles se mantuvo frente a la tumba de Francisco, marcando la relevancia emocional de este rito de duelo.
La participación de los cardenales es parte de la preparación para el próximo cónclave, donde se elegirá al sucesor del papa. Las congregaciones generales se reanudarán el lunes en el Aula del Sínodo, donde los cardenales discutirán los desafíos contemporáneos de la Iglesia y perfilan las candidaturas. De los 252 cardenales, aproximadamente 220 asistieron a las exequias, aunque solo 133 poseen derecho a voto en el cónclave.
De acuerdo con el calendario establecido, el cónclave se llevará a cabo entre el 5 y el 10 de mayo, tras un periodo de luto de nueve días conocido como “novendiales”. La fecha específica dependerá de la llegada de los cardenales electores a Roma.
El sábado, el Papa Francisco fue despedido con una ceremonia solemne en la plaza de San Pedro del Vaticano, antes de ser trasladado a su lugar de descanso final en la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio que simboliza su conexión con la ciudad. Durante la jornada, la afluencia de peregrinos continuó, acompañada de momentos de recogimiento y oraciones en múltiples idiomas, dentro de un ambiente de respeto y memoria hacia el querido pontífice.
Los días venideros serán decisivos para la Iglesia católica, mientras el Colegio Cardenalicio avanza en sus deliberaciones previas a la elección del nuevo papa en la Capilla Sixtina. El sepulcro de Francisco se establece como un nuevo lugar de peregrinación para los fieles de todo el mundo.