Entre lágrimas, oraciones y un clamor de justicia, familiares, amigos y ciudadanos dieron el último adiós a Mateo, el niño que fue encontrado sin vida en los límites de la ciudad y Lagos de Moreno, Jalisco, tras cuatro días de intensa búsqueda.
La Catedral de León se llenó de personas que, con profunda tristeza, acompañaron a la familia en el funeral del menor.
Al grito de “¡Justicia para Mateo!”, el féretro fue recibido en el recinto sagrado, mientras decenas de feligreses formaban un pasillo para su paso hasta el altar.
El adiós a Mateo se ha convertido en un símbolo del dolor que atraviesa la sociedad, que hoy llora su partida y exige que se castigue este terrible hecho.