El presidente de Estados Unidos, Donald Trump generó controversia hoy al afirmar públicamente que el consumo de paracetamol durante el embarazo podría estar “asociado a un riesgo muy elevado de autismo” en los niños.
En una rueda de prensa realizada en la Casa Blanca junto al secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., Trump instó a las mujeres embarazadas a evitar paracetamol “a menos que sea médicamente necesario”, e incluso dijo que lo ideal sería “no tomarlo en absoluto”.
También sugirió que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) emita advertencias para los médicos para alertar sobre este potencial riesgo.
Lo que dice la evidencia científica
Expertos en salud maternal, neurodesarrollo y farmacología han respondido con cautela y han pedido responsabilidad en el manejo de la información.
Las principales críticas apuntan a que no existe, hasta ahora, evidencia concluyente que establezca un vínculo causal entre el uso de paracetamol en el embarazo y el autismo.
Un estudio sueco publicado en 2024, que analizó más de 2.4 millones de nacimientos entre 1995 y 2019, utilizando comparaciones entre hermanos, no encontró relación entre el uso de paracetamol prenatal y el autismo, el TDAH ni la discapacidad intelectual.
Organismos como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM) han señalado que aunque algunas investigaciones han observado asociaciones estadísticas, las mismas no demuestran causalidad.
Además, advierten que evitar el paracetamol cuando sea necesario (por ejemplo para controlar fiebre o dolor) podría tener efectos adversos para la madre o el feto.
Los expertos piden prudencia y que las mujeres embarazadas consulten con profesionales de la salud antes de cambiar cualquier tratamiento.